Posted by : GuisBell
miércoles, 16 de marzo de 2016
THE BRAT
Se dice de mí....
Dicen que soy insoportable,
mimada, sobreprotegida, obstinada, malcriada, insolente, maleducada,
escandalosa, gritona, temperamental, intolerable, supersticiosa... etc. Pero si
van a ser mis amigos, “Caprichosa” es
el nombre por el que me conocen en la corte del rey.
Todos los caballeros de los
alrededores ya habían oído hablar sobre Lady
Murie, la ahijada y protegida del rey.
Decían que ella era bonita, poseedora de luminosos ojos azules, cabellos
dorados y la más dulce de las sonrisas. Decían también que poseía el hábito de
levantar la voz (Gritar) y hacer escándalos (Caprichos o histeria) cuando no le
cumplían su voluntad (Antojos o caprichos).
Un hombre en apuros...
Aun necesitando urgentemente
una esposa, Balan tenía una única
certeza: Murie sería la última mujer que escogería para casarse...
Pero... como la necesidad es
hereje...
Pero... como las apariencias
engañan...
Pero... como cada uno sabe dónde
le aprieta el zapato...
Balan se armó de coraje y
desposó a la malcriada y caprichosa sobrina del rey.
¿Dos hombres a falta de uno?
Pero Balan no era el único.
Había otro pretendiente disputándole el amor de Murie. Y en breve llegaría un
momento crucial, en que sería revelado cuál de los dos caballeros era digno de
conquistar el corazón puro de aquella dama tan especial.
Como verán, lectores, a pesar
de todo lo que se dice de Murie, ella es una chica de buenos valores y una
digna heroína de novela.
Lo único que podría ser
criticable de su carácter es que ella es un tanto supersticiosa...
Al más puro estilo de Lynsay
Sands, te sentirás cautivado(a) por los personajes de este libro y te
sumergirás en una historia atrapante desde el primer párrafo.
FRAGMENTO DEL LIBRO:
—Lady Murie —Balan la saludó.
—Necesito hablarte, mi Lord.
—Muy bien. ¿Qué pasa?
—Yo... eh... yo...
Entre tomar una resolución y
ponerla en práctica hay una gran distancia que no puede ser medida por las
agujas de un reloj.
Murie sintió su rostro
enrojecerse y el coraje para exponer la situación se desvaneció con la brisa.
Sin contar que estaban
rodeados por personas con oídos muy atentos y lenguas más que rápidas. Balan
notó la aflicción de ella y la tomó por el brazo, conduciéndola hasta el jardín
en busca de un poco más de privacidad.
El día no estaba muy invitante
para una larga caminata. Una garúa fina cubría los caminos de piedra y la
tierra. Pero el castillo contaba con recovecos cubiertos donde podría hallarse
un poco de privacidad.
Murie caminaba con dificultad,
buscando evitar que sus zapatos se manchasen con los charcos de barro. Una vez
más, anticipándose y muy gentilmente, Balan la alzó en sus brazos y la sentó en
un muro bajo y cubierta que encontró. De esa forma, ambos quedaron a la misma
altura, mirándose a los ojos. Intercambiaron miradas intensas, en una tentativa
de desnudar sus pensamientos, deseos y anhelos.
—Entonces, mi Lady, ¿Qué deseas
decirme? —Balan fue el primero en romper el silencio.
¡Oh, Dios! Qué situación
difícil. ¿Dónde estaban el coraje y la impetuosidad que caracterizaban a la “Caprichosa”? ¿Cómo iniciar una
conversación tan íntima? La angustia se fue intensificando y en vez de hablar,
Murie se limitó a morderse el labio,
temiendo desmayarse antes de resolver la cuestión.
—Habla, mi Lady. —él insistió.
—Es que el rey. —Murie
balbuceó.
— ¿Qué pasa con el rey?
—Es una cosa... muy
desagradable. Yo no quería que eso sucediese. Sólo quería saber cuáles son las
reglas de la superstición de Santa Inés, nada más. Lo juro. Pero el rey...tomó
mi duda... por... un hecho consumado y ahora va a ... tomar las medidas para
llevar a cabo... una ceremonia... de la cual no estoy segura si quiero
participar... —de repente las palabras salieron todas de una vez, con frases
casi sin sentido. —Estoy muy avergonzada. No sé qué hacer para impedirlo. ¡Oh,
mi Dios! Yo sólo...
Ahora Murie temblaba sin
parar, sintiendo las lágrimas amenazando con surgir. Pero no tuvo tiempo de
decir nada más porque, para su sorpresa, Balan cubrió su boca con un beso suave
y reconfortante.
— ¿Estás más tranquila? Ahora
vamos a comenzar todo nuevamente.
Murie todavía estaba
boquiabierta, sintiéndose, de hecho, más tranquila para iniciar el relato.
— Yo tenía intención de
contarte todo antes de ir a hablar con mi padrino más...
Nuevamente Balan la
interrumpió con un beso, esta vez más profundo y sensual. Y su lengua atrevida
invadió su boca, tomándola de sorpresa. Aún insegura, Murie se dejó besar y
respondió con ganas. Fue entonces que tuvo la certeza que la misma pasión que
la había dejado tan extasiada durante el sueño era la que invadía su cuerpo en
ese instante. Y con la misma rapidez con que Balan la besó, él terminó el acto,
mirándola.
— ¿Creo que ahora conseguí
calmarte, no? — él le dijo bajito al oído. —Quizás ahora puedas contarme todo
sin ponerte tan ansiosa.
—Pero yo no estoy ansiosa.
—Fue lo que me pareció. En la
guerra, cuando los soldados entran en pánico, solemos darle una bofetada en la
cara para hacerlos entrar en razón. Pero en tu caso, creí que un beso sería
mucho más eficaz — él le dijo con una sonrisa pícara.
—Gracias por la consideración
—Murie entonces no sólo había recuperado la calma sino también la sensualidad. —Además,
si quieres continuar con ese tipo de tratamiento es probable que no precise
decir nada más, pues va a estar todo implícito.
Balan se rió y se inclinó para
besarla en la mejilla, para después deslizar su boca húmeda y caliente hasta el lóbulo
de su oreja, mordisqueándolo levemente.
— ¿Eso ayuda? —Balan preguntó.
—Mucho.
—Entonces, habla —él insistió,
continuando sus caricias en la espalda de ella.
—Bien, yo le dije al rey que
había soñado con vos y... ah... oh... hum...
— ¿Cómo?
— ¿Te molestaría casarte
conmigo? —Murie soltó la pregunta abruptamente.
COMENTARIO:
Las historias de Lynsay Sands son
tan divertidas como románticas.
Murie tan supersticiosa y Balan tan pobre, dos personas que apenas se han conocido, bien ellos nos
demostraran, que las diferencias no impiden que lleguen a amarse y formar una
familia.
No se pierdan a Murie apoda “Caprichosa” se van a divertir.
GuisBell.
Hola, ¿sabrías dónde puedo encontrar este libro o un pdf para poder descargarlo?
ResponderEliminarHola, habrás encontrado el libro?
ResponderEliminar